A toque de corneta, los generales del sindicalismo nacionalista vasco convocaron una huelga "GENERAL" en Euskizofrenia el jueves, 21 de mayo de 2009. El resultado fue patético: ni acompañados con su mejor arma, EL MIEDO, lograron sus objetivos. A LA FUERZA conseguían sus piquetes informativos cerrar pequeños comercios y talleres que poco después volvían a abrir en cuanto dejaba de haber moros en la costa. Nadie sabe muy bien contra quién intentaron paralizar la actividad productiva. ¿A quién dirigían sus protestas? ¿Al Gobierno Vasco recién constituido, tan sólo 12 días antes? ¿Contra la patronal que busca SIN ÉXITO abaratar el despido? ¿Contra la Unión Europea? ¿Contra el Gobierno Zapatero? ¿Contra el G-8? ¿Contra las hipotecas basura de Estados Unidos? ¿Contra el índice Dow Jones o contra el Ibex-35?
ELA quiere convertirse en la punta de lanza del Independentismo Vasco. Desaparecida Batasuna, los herederos de José Elorrieta se sienten en la obligación de acaudillar a sus cien mil afiliados para conquistar el tejado de Ajuria Enea para colocar allí una ikurriña de 500 metros cuadrados de superficie. La situación de los trabajadores importa menos que la liberación nacional. Cada vez que huelen un conflicto laboral entran a saco con su caja de resistencia para intentar provocar el hundimiento de la empresa. !Cuanto peor, mejor! Esta es su consigna. Que se lo pregunten a los trabajadores de Caballito. Debe ser maravilloso batir el record mundial de duración de una huelga a costa de llevar a la ruina a 100 familias.
El pasado 21 de mayo, a eso de las once de la mañana, una manifestación de unas 200 personas pasaba por la Plaza de los Fueros de Vitoria. Iban bien escoltados por varias decenas de ertzainas pertrechados con su armamento antidisturbios. Vociferaban amenazas contra los comercios que seguían abiertos a su paso. Empleados, tenderos, camareros y viandantes les miraban como si hubiesen salido de una película antigua en blanco y negro. Soltaban octavillas, adosaban pegatinas en los escaparates y cuando avanzaban a la búsqueda de nuevos objetivos gritaban aquello de "!NOS VAMOS, PERO VOLVEREMOS! Tienen mucho tiempo para volver. El miedo ya está sembrado. Quien se atrevió a mantener abierto su local para ejercer su derecho a no hacer huelga tiene ahora un par de semanas para pensar en el día en que le visite una pedrada o un coctel molotov.
Las 3 octavillas de la foto fueron recogidas el mismo día 21 de mayo en la misma calle de Vitoria. Estaban en el mismo trozo de acera. Seguro que más de un cabecilla sindical nacionalista celebró el éxito de la jornada de huelga llamando a Telepizza para conseguir un 2x1 en el día 21.
ELA quiere convertirse en la punta de lanza del Independentismo Vasco. Desaparecida Batasuna, los herederos de José Elorrieta se sienten en la obligación de acaudillar a sus cien mil afiliados para conquistar el tejado de Ajuria Enea para colocar allí una ikurriña de 500 metros cuadrados de superficie. La situación de los trabajadores importa menos que la liberación nacional. Cada vez que huelen un conflicto laboral entran a saco con su caja de resistencia para intentar provocar el hundimiento de la empresa. !Cuanto peor, mejor! Esta es su consigna. Que se lo pregunten a los trabajadores de Caballito. Debe ser maravilloso batir el record mundial de duración de una huelga a costa de llevar a la ruina a 100 familias.
El pasado 21 de mayo, a eso de las once de la mañana, una manifestación de unas 200 personas pasaba por la Plaza de los Fueros de Vitoria. Iban bien escoltados por varias decenas de ertzainas pertrechados con su armamento antidisturbios. Vociferaban amenazas contra los comercios que seguían abiertos a su paso. Empleados, tenderos, camareros y viandantes les miraban como si hubiesen salido de una película antigua en blanco y negro. Soltaban octavillas, adosaban pegatinas en los escaparates y cuando avanzaban a la búsqueda de nuevos objetivos gritaban aquello de "!NOS VAMOS, PERO VOLVEREMOS! Tienen mucho tiempo para volver. El miedo ya está sembrado. Quien se atrevió a mantener abierto su local para ejercer su derecho a no hacer huelga tiene ahora un par de semanas para pensar en el día en que le visite una pedrada o un coctel molotov.
Las 3 octavillas de la foto fueron recogidas el mismo día 21 de mayo en la misma calle de Vitoria. Estaban en el mismo trozo de acera. Seguro que más de un cabecilla sindical nacionalista celebró el éxito de la jornada de huelga llamando a Telepizza para conseguir un 2x1 en el día 21.
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