Arquímedes tendrá su principio, que yo tengo el mío: “La corrupción de un partido es directamente proporcional al poder que atesora”. PP y PSOE son los reyes de la baraja. Gürtel en la actualidad y Filesa en el pasado sirvieron para que populares y socialistas se financiaran de forma irregular. Luego, los tribunales controlados por esos dos mismos partidos pueden decir misa y sentenciar lo que ordene el Consejo General del Poder Judicial. Los ciudadanos pagan la factura.
Tenemos muchas cuentas pendientes que pagar. En Castilla La Mancha, la Cospedal (que apoyará a Camps aunque se vaya a la sombra a Carabanchel), las facturas impagadas alcanzan, según ella, 2600 millones de euros. ¿A cuánto ascenderá la factura de Gürtel? Nadie lo sabrá nunca.
La última entrada de Euskizofrenia ha levantado ampollas en Bildu. Sostenía un servidor los siguiente: “Itziar Ameztoy, la cándida nueva concejala de Bildu en Vitoria debería aplicarse el cuento de la decencia política. Mucho alardear de que "no aceptan mercadeos", pero sí que cogen los pases que el Ayuntamiento da a sus Excelentísimos Concejales para ir de gañote al Festival de Jazz de Vitoria. Eso debe ser la normalización, que los de Bildu también pillen... Todos son iguales...”Ni quito ni pongo coma. Sólo me equivoqué al poner una Z en el apellido de la concejala. Perdón: en este país, con los apellidos no se juega…
El alcalde Javier Maroto (PP) ha anunciado una medida muy populista: anular los pases gratis (gañotes) para acudir a la Plaza de Toros o al Teatro Principal de Vitoria. Al parecer, la medida aún no se ha extendido al Festival de Jazz. Sostiene Bildu que al ayuntamiento no le cuesta ni un euro que los concejales vayan gratis al jazz. Algunos no quieren entender. El Ayuntamiento de Vitoria es uno de los patrocinadores de ese evento. Y no uno cualquiera. De los siete sponsors oficiales (5 entidades públicas y 2 privadas) el Ayuntamiento de la capital de Euskadi es el tercero. Utiliza las instalaciones municipales (pabellón de Mendizorroza y oficinas del Festival) pero desconozco la cantidad de dinero que aporta. Seguro que no demasiado. A cambio, el protocolo obliga a que los concejales reciban el privilegio de ir de morro a los conciertos que quieran. Itziar Amestoy no ha sido la única en colarse en el pabellón sin pasar por caja. Todos los partidos han seguido aprovechando el chollo, mientras Maroto no diga basta. Esperemos que lo diga. Cada concejal, consejero, viceconsejero, diputado foral y otros cargos públicos y asesores que ocuparon un asiento el día del show de Jamie Cullumimpidió que un ciudadano pudiese pagarse una entrada. En definitiva, las cuentas del Festival serían más redondas sin los chupópteros habituales… ¡Los políticos!
Pero ¿qué es corrupción y qué no? ¿Cuánta podredumbre, prebenda y mercadeo es normal, legal e ilegal? Quien empieza ahorrándose la entrada para un caro evento cultural (y fueron muchos los políticos y políticas que lo hicieron en el Festival de Jazz de Vitoria) puede terminar como el senador socialista canario, Casimiro Curbelo, que se fue con su hijo a una sauna de Madrid y acabó borracho metiéndose con las mujeres que estaban en la barra. Decía lo siguiente: “Yo me meo en las putas. Tú, policía, eres un pringao y estás hablando con un senador. Sois unos putos fachas pagados por los putos fachas del PP. Tu cara no la voy a olvidar en la vida, ni tú la mía, ni tu familia de Ceuta, que eres moro. Todos estos hijos de puta se van a enterar. Vuestro sueldo lo paga el puticlub. Esto es una trama urdida por el PP”… Etc, etc, etc… Sí, ya sé que es exagerado. ¿O no?
Que Aznar se lleve 156.000 euros del Grupo Murdoch por ser consejero de su empresa es legal, pero provoca el vómito. Que Felipe González también haya dado el paso adelante para llevarse calentitos 126.000 euros como consejero de Gas Natural también da arcadas. Que en Ezker Batua-Berdeak (la marca electoral de Izquierda Unida en Euskadi) la familia de Madrazo pidiese unos 40 empleos para sus parientes y amigos tampoco me ayuda a hacer bien la digestión. Que el PNV se pringase en numerosos casos de corrupción política durante los últimos 30 años de hegemonía nacionalista vasca es como para sudar frío (a ver cuándo sale el juicio por el Caso De Miguel).
Pascual Maragall, el expresidente de la Generalitat, sufre Alzheimer, pero cuando no padecía esa enfermedad dejó desnudo al actual presidente Artur Mas al decir desde la tribuna del Parlament que el problema de CIU se llamaba 3 por ciento, la mordida que se llevaba esa formación nacionalista por cada obra pública que adjudicaba.
¿Es grave la corrupción económica? Si, pero hay otra que es igual o más grave aún: la enfermedad moral de quienes se niegan a condenar los asesinatos. 25 concejales han caído bajo las balas o las bombas del terrorismo. 24 de ellos fueron asesinados por ETA, uno (Santiago Brouard, de HB) por el GAL. Itziar Amestoy jamás condenará públicamente esos 24 asesinatos. En su entorno se suele decir que son las “trágicas consecuencias del conflicto que vive Euskal Herria”. Pero tampoco Felipe González condenará jamás el asesinato del médico Santiago Brouard, asesinado por el GAL en 1984. Y así nos va…
¿cuanto hay que mangar para que sea corrupcion?
ResponderEliminar¿cual el el peso de un animal para que sea objeto de proteccion por las susodichas asociaciones? (montan circos por las pieles y matan moscas y mosquitos sin piedad)
¿cuantos años dura la memoria de una victima?
tu citas solo 25 concejales. De la gran democracia monarquica española veo. ¿Que pasa con la II republica y sus golpistas?