Sangre de senadora. (Foto de eldiario.es) |
Miles de personas
tomaron el lunes las calles de Euskizofrenia tras la redada de la Guardia Civil
contra Herrira, que acabó con 18 detenciones. La mayoría de esos concentrados
jamás se manifestó contra los más de 800 asesinatos de ETA.
Esta tarde, las
calles de Bilbao se llenarán con decenas de miles de personas, bajo el lema “TANTAZ
TANTA”, gota a gota… ¿Gotas de qué? ¿Quieren decir que puede ser ésta la gota
que colme el vaso de la paciencia de ETA? ¿Se refieren a las gotas de sangre de
la pobre Excelentísima Senadora?
LOS
HOMENAJES DE HERRIRA
El entorno de
ETA siempre ha sabido arropar a los suyos. Independientemente de la crueldad y
el
número de los asesinatos cometidos, las Gestorias Pro-Amnistía, Askatasuna y Herrira siempre han hecho pensar a los terroristas que su causa era noble y que matar españoles no está tan mal. Desde el momento de la detención, un etarra puede elegir entre un abogado “etalibán” o un letrado independiente que sólo busque su pronta puesta en libertad. Esa decisión condicionará su futuro. Ya dentro de la cárcel, los etarras ortodoxos, los que no se arrepentirán jamás, gozarán de la amistad del Colectivo de Presos de ETA (EPPK). Inmediatamente, será “apadrinado” por Herrira (antes las Gestoras Pro-Amnistía o Askatasuna) para que nada le falte dentro de la cárcel, por muy lejos que esté. Si es un buen preso etarra,
rechaza
la reinserción y agota su condena sin acogerse a los beneficios penitenciarios,
al salir a la calle le esperan las mieles del “Ongi Etorri”. Al regresar a su
pueblo, al gudari no les faltará de nada en la bienvenida que organizaba
Herrira: ikurriñas al viento, un acto público con bertsolaris, trikitixas y
txalaparta, una cena popular y una hucha para recoger fondos con los que ir
preparando el siguiente espectáculo. Pero todos los presos de ETA que salen de
la cárcel reciben el mismo homenaje? No.
número de los asesinatos cometidos, las Gestorias Pro-Amnistía, Askatasuna y Herrira siempre han hecho pensar a los terroristas que su causa era noble y que matar españoles no está tan mal. Desde el momento de la detención, un etarra puede elegir entre un abogado “etalibán” o un letrado independiente que sólo busque su pronta puesta en libertad. Esa decisión condicionará su futuro. Ya dentro de la cárcel, los etarras ortodoxos, los que no se arrepentirán jamás, gozarán de la amistad del Colectivo de Presos de ETA (EPPK). Inmediatamente, será “apadrinado” por Herrira (antes las Gestoras Pro-Amnistía o Askatasuna) para que nada le falte dentro de la cárcel, por muy lejos que esté. Si es un buen preso etarra,
Ongi Etorri modelo "3 en 1" |
ETARRAS SIN
ONGI ETORRI.
ETA y su mundo se avergüenzan de otros
terroristas que decidieron desvincularse
de la lucha armada, pidieron perdón por sus crímenes y se comprometieron a
pagar a sus víctimas las correspondientes indemnizaciones por responsabilidad
civil establecidas por los jueces. Una treintena de presos que rompieron con
ETA integran hoy día la llamada VÍA NANCLARES. Ni Valentín Lasarte, ni Joseba
Urrusolo Sistiaga, ni Kepa Picabea ni los demás recibirán homenaje alguno en su
pueblo. Quienes antes les adoraban ahora les odian por traidores. Nunca se
borrará en Euskizofrenia el recuerdo de la exdirigente de ETA María Dolores González Katarain, "Yoyes", asesinada en Ordizia en 1986.
EL
FUNCIONARIO DE GERNIKA
La vida del
terrorista arrepentido no es fácil. Quien más, quien menos, los vascos de
cierta edad
conocemos en nuestro entorno a algún etarra reinsertado. No señalaré
a ninguno de mis paisanos de Vitoria. Me centraré en el caso de Carlos Gorrindo
Etxeandia. Hace más de 30 años, asesinó a varias personas. Entre sus víctimas, el jefe de los carlistas de Vizcaya y bibliotecario de Ondárroa, José María Arrizabalaga. Le condenaron a 58 años
de cárcel. Eligió la vía de la reinserción y en 1996 le concedieron el tercer
grado penitenciario. Después de pasar 16 años en prisión, salió a la calle en
silencio, sin homenajes… Carlos Gorrindo Etxeandia tiene 55 años, trabaja en el
Servicio de Euskera del Ayuntamiento de Gernika-Lumo. En su biografía, Euskomedia se olvida de su sangriento pasado y destaca que estudió
periodismo y ha publicado al menos dos novelas y literatura infantil y juvenil.
No sabemos si en las estanterías de la biblioteca de Ondarroa habrá algún libro
de Carlos Gorrindo Etxeandia, pero estamos seguros que no habrá ninguna placa
en recuerdo del bibliotecario José María Arrizabalaga, en cuyo asesinato
participó Gorrindo en 1978.
José María Arrizabalaga. |
Chapeu, que diría un francés.
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