Los alaveses nunca olvidaremos el 26 de febrero de 2000. Era sábado, un día luminoso de invierno, la jornada elegida para que Vitoria fuese escenario de 3 manifestaciones. 4 días antes, ETA había asesinado con un coche bomba al dirigente socialista Fernando Buesa y a su escolta Jorge Díez Elorza. El PSE y la familia del ertzaina habían decidido sacar a la calle su dolor por las dos personas asesinadas. El PNV prefirió realizar una demostración política de su poder de convocatoria para respaldar a un Lehendakari novato y titubeante que tras aquel crímen no supo llorar junto a los familiares de las víctimas. “Lehendakari Aurrera” era su lema. Que nadie se atreviese a pensar en arrebatarles la presidencia del Gobierno Vasco, como había exigido, días atrás, un puñado de manifestantes frente al Palacio de Ajuria Enea. Hubo incluso una tercera manifestación que optó por el silencio, respaldada por Esker Batua. Hay que recordar que por aquel entonces, gracias al Pacto de Lizarra, el PNV...