Memorables días estos. El 20 de julio, domingo, ETA pone 4 bombas en Cantabria. 2 en Laredo y 2 en Noja. No les pagan dietas a estos terroristas. Apenas se gastan en gasolina la paga del domingo para atentar. El lunes, 21 de julio, el ministro de Interior Rubalcaba, advierte: "cada vez tardamos menos en detener etarras tras la comisión de un delito". Ese mismo lunes, el presidente de la mitad de los vascos recibe en Lehendakaritza a bailarines de distintos países que van a intervenir en el Festival de Folklore de Portugalete. No faltan los canapés de morcilla. Markuartu acaba diciendo que esa violencia no nos representa, que somos un pueblo pacífico, pero que tenemos derecho a levantar la mano en el contexto mundial para que se sepa que hay una lengua milenaria y un pueblo vasco. Y todo eso... Se le olvida solidarizarse con los asustados y con algún herido leve. Pecata minuta. Juanjo tenía prisa por acabar el acto e irse a comer unos canapiés de pies junto a sus exóticos invitados. Yo perdí una apuesta arriesgada: !Una cerveza a que acaba diciendo que el Pueblo Vasco lleva 7.000 años bailando! No lo dijo, pero a cambio tuvo que contemplar antes del poteo con pincheo cómo bailan los nativos de Benin. Gracias a ellos tuvo que exhibir su patético inglés. Sigue diciendo "/KULTUR/". Los de Benin sacaron sus cubos de agua para refrescar no sé qué, pusieron la percusión delante de Ibarretxe y empezaron a bailar. Primero un mozo exhibió su contorsión de espalda. Después, una recia mujer de poderosas caderas y columna vertebral eléctrica. Al final del acto aproveché para hablar con Stan e invitarle a tomar algo en mi pueblo cuando vayan a bailar allí tras su paso por Portu. Toda una lección de los ciudadanos de Benin. Ellos sí que tienen cintura política y no el Lehendakari, atrofiado en las mismas ideas que tenía cuando ocupó el cargo, esas mismas ideas que nos han hecho retroceder 20 años en la gestión del diálogo político para acabar con el crimen organizado en el País Vasco.
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