Vistas de página en total

domingo, 15 de mayo de 2022

HIJO DE ALGO CONTRA EL BANCO POPULAR (AHORA SANTANDER)

Mamá murió hace justo 10 años. Aquel sábado quedé huéfano total, tras la muerte hace 26 años de mi padre. Inés Sáez Gómez es la protagonista de mi tercer libro: HIJO DE ALGO. A ella le dediqué el primer relato de los 33 que contiene. Se titula "Hijo del hilo" y empieza así: "Nunca es buen momento para que te digan que se ha muerto tu madre. La noticia me sorprendió a la salida del balneario, donde iba todas las mañanas a primera hora. Estaba a punto de entrar en mi coche cuando me telefoneó mi hermana, rota por el dolor: Mamá ha muerto. No hay frase más cruel. Bueno, sí… Hay formas más sofisticadas de ponernos al borde del precipicio, pero prefiero no mentar a la bicha. Rompí a llorar y mientras sorbía mocos y me chupaba las lágrimas del labio superior advertí que veinte minutos antes había estado pensando en mi madre mientras flotaba en el Mar Muerto, esa piscina muy caliente en la que la alta concentración de sal te permite flotar. Siempre que me sumergía en esas aguas pensaba en un útero materno..." No compres el libro, róbalo en el Corte Inglés y así, como de costumbre, pedirán 100 ejemplares más de HIJO DE ALGO a la Distribuidora UDL. Si lo compras y no te gusta, te devolvemos el dinero. Antes de pasar a contaros nuestra cruzada familiar contra el Banco
Popular por estafa, cumpliré mi promesa lanzada en redes sociales de explicaros la historia de la foto de mamá que encabeza este artículo. Ella es la que va vestida de blanco. En su vientre me alojo yo. Corría el año 1961, e Inés estaba embarazada de su segundo hijo, José Manuel. MI CRUZADA CONTRA EL BANCO POPULAR Cuatro días después de la muerte de mamá, mi hermano Óscar detectó algo irregular: ¡mi madre tenía acciones del Banco Popular! Era imposible que Inés invirtiera en Bolsa cuando nuestra familia había perdido mucho dinero en acciones en los años 70 por culpa de la Crisis del Petróleo. En cuanto confirmamos que el Banco Popular le había estafado me puse las pilas. Mi madre creía haber invertido en un depósito a plazo fijo pero en la letra pequeña del contrato decía que eran "bonos necesariamente canjeables en acciones del Banco Popular". Mi campaña de denuncia empezó en agosto de 2012 en Sanlúcar de Barrameda, donde lucí dentro de la oficina bancaria de aquella ciudad gaditana un peto-pancarta en el que se leía "Pregúntame qué le hizo el Banco Popular a mi difunta madre". A través de este blog difundí también un MANUAL DEL MANIFESTANTE AUTÓNOMO para explicar cómo conquistar las calles respetando la ley. Aquel mismo año monté con mi familia un acto de protesta en Avilés, que fue donde la estafaron. Me llegaron a entrevistar incluso para un reportaje de TVE en Asturias. La jugada nos salió bien y pronto cerraron aquella oficina de timadores. También saqué el peto-pancarta en el pueblo natal de mamá: Villasana de Mena... Durante los 4 años siguientes
recibí decenas de llamadas telefónicas de numerosas familias que habían sufrido la misma estafa que mamá. A todos ellos les decía lo siguiente: "si el estafado tiene mucha edad y no está muy bien de salud, un pleito le puede matar". También vinieron de Madrid a Vitoria dos abogados para interesarse por el tipo de estafa que habíamos sufrido. Me entrevisté con ellos un par de horas en la cafetería de la Estación de Autobuses de Vitoria y les pasé toda la información que acumulaba en un archivador. En 2016, llegó la hora de la verdad. Numeroso pleitos por toda España se empezaron a ganar por los clientes timados. Fue entonces cuando le dije al director de una sucursal del Banco Popular de Vitoria que mi peto-pancarta aún no se había estrenado en Euskadi, aunque varias radios me entrevistaron, pero que saldría a la calle si no solucionábamos el problema. Me pidieron un poco de tiempo para resolverlo y dos meses después recibí la llamada para reunirme con el director comercial del banco en Euskadi, que nos entregó a los hijos de Inés Sáez Gómez un cheque por valor de 13.000 euros con la única condición de que mi hermana firmara un pacto de confidencialidad. Menudos torpes los del Banco Popular, que querían cerrarle la boca a Ana Isabel, que nunca la abrió públicamente contra esa entidad. El portavoz y denunciante siempre fui yo. Gracias a aquella movida me convertí en un periodista con conocimientos suficientes en Finanzas para entender las razones por las que tanta gente se corrompía en España. Es bien fácil: sólo hay que encontrar un truco o una saca para llenar de dinero tus alforjas. Como yo no firmé ningún pacto de confidencialidad, estoy a disposición de cualquier organización como Asufin para dar charlas sobre lo que hice y cómo lo hice para recuperar el dinero de la familia. Por cierto, les dije a los del Banco Popular que como yo no era un usurero como ellos, no les quería cobrar los intereses de los 4 años que pasaron hasta que recibimos aquellos 13.000 euros. Mamá: descansa en paz en el Cielo de las Menesas Buenas. La Vírgen de Cantonad me preguntó por ti el pasado fin de semana en el Valle de Mena. Le dije que estabas orgullosa de cómo tus cuatro hijos han defendido la verdad, la justicia y tu dinero. Requiescat in pace, Inesita.

No hay comentarios: