Eduardo Rojo Díez es un escritor de primera división. Lo ha demostrado con sus anteriores 4 novelas: "La rebelión de los monjes negros", "Muerte de un anticuario", "Matar a un lehendakari" y "El tren del desamparo". Su quinta novela, "Forasteras", ya está al alcance de sus fans y de aquellas personas que quieran conocer su capacidad de hechizar a los lectores con historias impresionantes. "Forasteras" relata la vida de Candela, una anciana que en España requiere los servicios de una joven colombiana para asistirla al final de su vida. Y la propia Candela también tuvo que marcharse a Suiza en los años 60. Eduardo Rojo Díez fue compañero mío en Radio Nacional de España y cuando yo me trasladé a Televisión Española eché mucho de menos cómo me explicaba a través de la etimología el origen de las palabras viejas que teníamos que aprender. Su conocimiento de nuestro idioma y de otros procedentes del latín se explica al saber que además de licenciarse en Ciencias de la Información terminó la carrera de Filología Hispánica. Y quien desee leer más obras suyas, puede comprar 3 libros de relatos: "La noche de las 7 lunas", "El haya que lleva escrito tu nombre" y "Sefardíes en Nueva York". Además es presidente de la Asociación de Estudios Onienses, que difunde el patrimonio natural, histórico y culturas de la localidad de Oña (Burgos) de donde es originario. El pasado jueves varias decenas de alaveses tuvimos la suerte de asistir al Círculo Vitoririano donde se celebró la presentación de "Forasteras". El acto fue conducido por la estupenda periodista Txus Iparraguirre y también se subió a la tarima la procuradora de las Juntas Generales de Álava, Consuelo Parra, que es también presidenta de la Asociación de Profesionales Extranjeros de Euskadi.
En la tarde del sábado 12 de Julio de 1997 no pude llegar en bicicleta al puerto de Zaldiaran. Me enteré por la radio que habían asesinado a Miguel Ángel Blanco. Me di la vuelta y fui a la sede de RNE en Vitoria para ayudar a los periodistas que estaban de guardia en Euskadi para cubrir lo que pudiera ocurrir después de que se cumpliera el plazo de 48 horas que dio ETA para asesinar al concejal del PP si no se acercaba a Euskadi a los presos de ETA. Fue uno de los asesinatos fruto de la estrategia etarra de "socialización del sufrimiento" avalada por uno de los jerifaltes de Herri Batasuna, Rufi Etxeberria, que hasta el año pasado fue dirigente de Sortu. Tras aquel vil secuestro, las calles de Euskadi dejaron de ser dominadas por ETA y su entorno político. Nadie recuerda en Bilbao una manifestación mayor que la que había pedido la liberación de Miguel Angel Blanco horas antes de su asesinato: concentró a más de medio millón de personas. Fuimos muchos los que descubrimos que l...
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