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martes, 6 de diciembre de 2011

MENTIRAS CONSTITUCIONALES Y DEMOCRACIA DINÁSTICA

Hace 33 años yo no tenía edad de votar, pero me habría encantado haber podido respaldar el texto de la Constitución Española. En mi adolescencia seguí con emoción los avatares de la Transición desde un pueblecito de mil habitantes. La revista Cambio 16, los periódicos, la radio y la tele me contaban día a día los cambios que se producían en España. Guardo con cariño los fascículos coleccionables en los que Forges desgranaba uno a uno los artículos de la Constitución, con sus correspondientes viñetas y monigotes. Los tengo encuadernados… Hoy son testigos de mi desencanto.

Este verano todo se convirtió en una Gran Mentira. La Constitución Española es papel mojado. Donde el artículo 1 dice que “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político” debería decir ahora que “España es una Economía de Mercado cuyos valores fundamentales son la libertad de flujo de capitales, la injusticia social, la desigualdad en función de la riqueza y el bipartidismo.”

Donde el artículo 2 dice que “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” debería decir que “La soberanía nacional reside en Alemania y aquellos otros países que marcan nuestra agenda política en función de los intereses de los mercados”.

Este pasado mes de Agosto, mientras los españoles estaban de vacaciones, el PPSOE cambió la Constitución a hurtadillas para que la contención del déficit y la deuda pública se conviertan en el primer mandamiento del nuevo catecismo constitucional. Fue un golpe de Estado en toda regla perpetrado por unos políticos que no obedecen al pueblo sino a los bancos y a los mercados.

Dice el artículo 3 que “la forma política del Estado español es la Monarquía Parlamentaria”. 33 años bajo la tutela de esta institución caduca y medieval han pervertido todo el sistema político de nuestro país. Donde pudo haber una democracia representativa (dicen que la menos mala de las formas de gobierno) ahora hay una DEMOCRACIA DINÁSTICA, REPRESENTATIVA Y PARTITOCRÁTICA SERVIDORA DE LOS MERCADOS. Dos partidos se turnan en el poder para que nada cambie. Los feudos nacionalistas tienen también sus formaciones políticas parasitarias. La corrupción anida por doquier. La política es cosa de los políticos y estos han tomado lo peor de la Monarquía. El poder dentro de los partidos se transmite de padres a hijos, de clanes a clanes, de amigos a amigos… Todos conocemos en nuestro entorno cuáles son los apellidos que conceden a una estirpe el derecho a perpetuarse en las poltronas institucionales. Ciertas empresas saben que sólo pueden sobrevivir pasándole la mano por encima del lomo a los gobernantes… Todo está podrido pero cada cierto tiempo nos piden que les votemos para que puedan hinchar pecho gracias a su supuesta representatividad… Sin embargo, sólo representan y defienden los intereses de los auténticos Amos de la Barraca: los grandes bancos, las multinacionales, los llamados “mercados” en los que todo vale mientras produzca dinero.

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