Víctor García y Cristina González. (Foto Iosu Onaindia) |
Cristina González Calvar llegó a la portavocía de las Juntas Generales por decisión de la vieja guardia socialista alavesa encabezada por el nefasto Txarli Prieto, el mismo que demostró su ineptitud al perder la poltrona de la Diputación de Álava en una ridícula negociación en la que todos los partidos le tomaron el pelo. El nacionalista Xabier Agirre le debe a él una poltrona que ocupó entre 2007 y 2011. Prieto también demostró hace un año y medio que es un hábil tahur ganando congresos como sea, afiliando al partido a última hora a guardaespaldas, peluqueras y familiares de militantes hasta completar el número de votos necesarios para no bajarse del machito. Tampoco le será difícil ganar unas primarias explicando a todos los cargos públicos del partido que el chollo se les acaba si sale elegido un renovador como Iván Ruiz de Eguílaz, que quiere ventilar el PSE y rascar el moho que se ha pegado a sus paredes y moquetas. Felicidades, Cristina. Vas a ganar. Veremos cómo se te da explicarle a los alaveses en las elecciones de Mayo que tú eres la Renovación del PSE.
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