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domingo, 8 de noviembre de 2015

A VECES LLEGAN LOS CUENTOS

Esto es un plagio. Copio, palabra por palabra, el artículo de Natxo Artundo que ha dedicado "El Correo" a mi libro de cuentos titulado "A veces llega silbando", que se acaba de publicar en Arte Activo Ediciones. Gracias, Natxo...
                                         A VECES LLEGAN LOS CUENTOS
El periodista José Manuel Cámara debuta como narrador con una doble colección de relatos, entre lo vivido y las fantasías. 
     Ya basta. Es más que suficiente. Después de más de dos décadas de "un ejercicio onanista" -aparte de alguna tentativa, de cierto éxito en algunos certámenes-, José Manuel Cámara ha levantado su Escorial particular. No en vano han sido cuatro las cribas que han entresacado medio centenar de historias entre trescientas. "Empecé a guardarlas allá por 1994, seguramente porque en la relectura me sentía medianamente satisfecho y reconocido en lo que escribía", recuerda.
    Consideró que tenía ya tantos "cuentos, minirrelatos y algunas tonterías" que decidí que no iba a escribir más hasta que tuviese las agallas de publicar". Desde luego, había material de sobra, tanto que el editor de "A veces llega silbando/Cuentos Cítricos" (Arte Activo), Roberto Lastre, le ayudó a entresacar las primeras piezas, como el poeta Evelio Nardo hace en una de las historias del libro. De aquello hace ocho años. "Empecé a retirar algunos por pudor. Hay alguno que tiene que ver con mi vida, con mi infancia y algunas situaciones de entonces. Luego, he debido perder el pudor y he pedido permiso a algunas personas para publicar historias que estaban relacionadas con ellas", indica. Claro que también hay fantasías o miradas surrealistas, como el hombre que transfirió en la concepción de dos hijos los genes de la persona en la que pensaba en el acto. O fábulas como la de una cueva con una sorprendente salida meridional.
     En su caso, el del autor, en varias historias hay un subrayado de las relaciones paterno-filiales y de las ausencias de unos progenitores. "Soy un huérfano de 54 años y no tengo padre y madre para pedir permiso en algunas cosas", expone quien reconoce en la escritura un factor terapéutico ante estas pérdidas.
     En cualquier caso, se trata de una apuesta muy diversa, que Cámara recomienda iniciar por la portada de Juan Sagastizabal, para pasar a la que ilustra Gorka Otsoa de Alda: la cítrica, entre cuyos relatos "hay mandarinas, limones, naranjas y algunos pomelos, que cada uno los clasifique".
     Ahora, el público será quien tenga la oportunidad de disfrutar y valorar esta faceta desconocida de Cámara. Y el autor ofrecerá su obra en una original bandeja: se servirá el viernes 20, en la sala Plaza de Artium. Como le gusta recordar, el centro-museo tiene una trayectoria a la hora de vincular la literatura con las artes plásticas", algo que en su caso encaja como un guante conceptual.
     BAUTISMO LITERARIO 
     El periodista dejará de lado el ego de autor y cederá protagonismo en un acto que contará con el pianista Juan Sebastián Vázquez y la vocalista Cecilia Krull. "Les he pedido que interpreten cuatro estándares de jazz, que la gente pueda reconocer", indica el escritor, quien compara la presentación con "un programa de radio".
     Presentada por la periodista Txus Iparraguirre, incluirá una tertulia con otros compañeros de profesión como Emilio Vázquez y Eduardo Rojo, así como el editor de Arte Activo Roberto Lastre. Cámara también ejercerá de anfitrión de una segunda conversación con los pintores Juan Sagastizabal y Gorka Otsoa de Alda. Y, por supuesto, habrá tiempo para que los asistentes puedan preguntar y comentar diversas cuestiones.
     Después, el reportero y bloguero José Manuel Cámara anuncia que se cortará la coleta literaria. No obstante, acabo de unos instantes vuelve a manifestar que prevé una recaída. Es una "enfermedad" crónica, y no periodística. Más bien, sin cura. Aunque ya haya habido un bautismo.

2 comentarios:

Fede García. dijo...

Los cuentos están ahí, guste o nos disguste. Por otra parte, la realidad que percibimos y en la que flotamos es un cuento en estado natural, perversa en ocasiones, discreta en otras e irrepetible siempre, en la que cada cual, imagina por necesidad vital que es el actor principal...Hay que recordar, por ejemplo, al olvidado Antonín Artaud, muerto a base de dosis de realidad no hace demasiado tiempo, porque se tomó su vida en serio, haciendo de ella un puro cuento...FEDE

José Manuel Cámara Sáez dijo...

Gracias por la recomendación, Fede. Antonin Artaud. Me lo apunto.